CRÓNICA COMIDA DE NAVIDAD REINOS DEL SUR

 

Al pie del Sagrado Corazón de Jesús

A unos 15 Kilómetros de la ciudad de Córdoba, en las faldas de Sierra Morena, se encuentra el Desierto de Nuestra Señora de Belén, lugar donde se levanta el complejo de Las Ermitas, y ante la Cruz de la puerta de entrada, que nos recuerda nos encontramos en  lugar sagrado, arrancó, con el rezo del Ángelus, la Jornada de la Comida de Navidad de los Reinos del Sur, con representantes del Círculo Tradicionalista San Rafael Arcángel (Córdoba), Círculo Tradicionalista General Carlos Calderón (Granada) y Círculo Tradicionalista de Baeza (Santo Reino de Jaén).



Los primeros datos históricos sobre el lugar remontan al siglo XV, donde ya se encontraban anacoretas poblando la Sierra de Córdoba, especialmente las zonas de Albaida y la Arruzafa, reagrupándose a principios del siglo XVIII, dando origen a las actuales Ermitas.

La primera de las ermitas (llegando a ser 13) fue construida en el año 1703, oficiándose la primera misa el 11 de junio de 1709 y siendo consagrada a Nuestra Señora de Belén. El 13 de abril de 1836 con motivo de la desamortización, son expulsados los ermitaños, para volver nueve años después de haber comprado los religiosos el terreno a su propietario. El último ermitaño, Juan Vicente de la Madre de Dios, falleció en el año 1957, y antes de su muerte, el Obispado decidió, entregar las Ermitas a los frailes carmelitas, estando al cargo de la misma en la actualidad.




Eran los eremitas muy queridos y admirados, no sólo por su austeridad, mortificación y vida de piedad, si no también por su inmensa caridad, tanta era que uno de los caminos de acceso se llama «Cuesta de los Pobres», en una bifurcación de la Cuesta del Reventón, por el reguero de pobres que acudían diariamente a comer. Era el sustento de potaje de habas de su propia cosecha, convenientemente condimentadas y repartido en unos librillos de barro, en cada uno de los cuales depositaban la ración para cuatro comensales. Debían ir todos los días de la semana provistos de su ración de pan, a excepción de los sábados que también les era dado por los ermitaños.



La visita se centró en la imponente escultura del Sagrado Corazón de Jesús, que preside el Valle del Guadalquivir, desde el año 1929, obra de Lorenzo Coullaut Valera, que gracias a la iluminación que goza, se constituye en el único punto luminoso de la sierra cordobesa visible desde la ciudad de Córdoba. A su inauguración asistieron 25.000 cordobeses.




Y es a los pies de Nuestro Señor Jesucristo, donde se dio lectura a los pasados mensajes que S.A.R. D. Sixto Enrique y el Capellán Real, D, José Ramón García Gallardo dirigieron a toda la Comunión, palabras que refrescaron nuestro deber ineludible, máxime en este lugar que fue defendido con tesón, esfuerzo, heroísmo y piedad por los Tercios de Requetés.

Entresacamos algunos fragmentos:

«Nos unimos hoy a los Reyes Magos, así como también a los pastores Isacio, Josefo y Jacobo –abuelo, padre e hijo–, que en Belén representan perfectamente la trasmisión de la Tradición en tantas familias carlistas que, velando sus rebaños, conservaron incólume la Esperanza.

…El oro que llevamos al Rey de Reyes, en estos tiempos de grave crisis económica, es la caridad valiosísima para ayudar a los correligionarios que padecen necesidad. Que, aunque pobres en lo material, poseen la preciosa riqueza de preservar el tesoro de la doctrina tradicional…

Nuestro mundo se encuentra en una situación cada vez más difícil y crítica. Y nuestra Comunión debiera hallarse dispuesta para afrontarla siempre con decisión, pues ya no sólo España y la Hispanidad tienen necesidad del espíritu vivificante de la Tradición, sino también el mundo entero. Para ello es preciso fortalecer la Comunión Tradicionalista aunando las inteligencias en la sana doctrina y las voluntades en pro del bien común. A ello os convoco, a las órdenes de mi Secretaría Política, quiera Dios que cada carlista persevere por la senda del deber y, en medio de la noche que nos envuelve, sigamos la Estrella de la Esperanza, Nuestra Señora la Virgen María, y a todos nos ponga a buen recaudo, un día, junto al trono de Dios en el reino de los cielos.»

 S.A.R. D. Sixto Enrique

«Ante el Misterio del Dios encarnado, pidamos nos asista para que la Tradición nos devuelva la Cristiandad soñada, y en el Corazón Inmaculado de la Madre, la boina encarnada nos lo recuerde, para que encarnemos en nuestras vidas la de Nuestro Señor Jesucristo, el Rey de todas las almas.»

Rvdo. P. D. José Ramón García Gallardo.




De obligada visita fue la Cruz que preside el valle, donde se realizó la ya famosa fotografía de tres Requetés que la custodian mientras vigilan la ciudad desde lo alto, al lado de la conocida «silla del Obispo», que a igual que las inscripciones del pie de la Cruz, mantienen nuestras almas alerta antes las postrimerías.




 







Porque quien nace es Rey de reyes, y nos pedirá cuentas, no de nuestras victorias, si no de nuestro combate; porque las primeras son suyas, y el segundo nuestro, bajo sus órdenes.




Gracias al Presidente de la Asociación de Amigos de Las Ermitas, al que desde estas páginas agradecemos toda la información sobre la historia del lugar y su colaboración, así como el mostrarnos dos documentos que condensan lo que somos y porque nos encontramos aquí: dos firmas de dos requetés en el Libro de Visitas; una de Eduardo Ruíz Sánchez, fechada el 19 de marzo de 1937; y otra de Rafael Ortega López, fechada el 15 junio de 1937.





El periplo prosigue por los verdes paseos hacia la Ermita de Nuestra Señora de Belén, donde se realizó la Visita al Santísimo.






Allí se ofreció el Año 2023 -en capilla lateral- a la Virgen de la Victorias, rindiendo nuestra boina roja en su altar, como compromiso y responsabilidad en el combate por la Santa Tradición.




Ya llegado el mediodía, es la hora del almuerzo.




Los platos cordobeses no se hacen esperar, y la cocina española se despliega en la carta que nos ofrece el restaurante. 




La bendición de la mesa hace de pórtico a la tradición del plato: migas con su torrezno, chorizo y pimiento, ibéricos del lugar, flamenquín cordobés, cordero acompañado de papas y cebollas, lubina, bacalao, choco y, como no, unos buenos huevos fritos. La conversación de la sobremesa ya se inicia en los postres, los irrenunciables dulces y el exquisito café: la crisis de la Iglesia, las actividades de los tres Círculos presentes, publicación de la serie Cuadernos, la proyección futura del II Seminario de Política Tradicionalista Reinos del Sur y la celebración de la Fiesta de lo Mártires por el Círculo General Carlos Calderón de Granada.




Para finalizar la jornada, visita al centro de Córdoba y a sus Belenes, comenzando por los del Centro Cultural San Hipólito, donde se pudo disfrutar de la tradición belenista cordobesa, que nunca defrauda.



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