DOCTRINA SOCIAL: EL TRABAJO

     



     Comienza esta nueva entrada como el inicio de una serie de apuntes para conocer los principios que constituyen el fundamento sólido de una doctrina económica según el orden natural y divino: enseñanzas permanentes.

     Así animaba S.A.R. D. Sixto de  Borbón en la fiesta de la Epifanía de Nuestro Señor, fiesta de la Monarquía Tradicional, el año 2021: «Para ello es preciso  fortalecer la Comunión Tradicionalista aunando las inteligencias en la sana doctrina y las voluntades en pro del bien común.»

     Y lo volvía a recordar el Prof. D. José Miguel Gambra en la presentación de su libro «La sociedad tradicional y sus enemigos»:



     Los Sumos Pontífices no cesaron en su Magisterio de insistir en un campo que, reconozcámoslo, el liberalismo y sus hijos ideológicos (socialismo, comunismo) han invadido, pervirtiendo la visión común del mundo del trabajo. Pero sus voces son claras:


«La gran desgracia de orden social es que no es profundamente cristiano ni realmente humano, sino únicamente técnico y económico, y que no descansa precisamente sobre lo que debería ser su base y el fundamento sólido de su unidad: es decir, el carácter de hombres por la naturaleza y de hijos de Dios por la gracia de la adopción divina».

Pío XII

Alocución a los miembros de la Unión  cristiana de jefes de empresas italianas

31 de enero de 1952


«...aún siendo propio de la Iglesia llevar las lamas a la santidad y hacerlas partícipes de los bienes sobrenaturales, no deja de preocuparse, sin embargo, de las necesidades de la vida cotidiana de los hombres, u no sólo de las relativas al sustento y condiciones de vida, sino también a los beneficios y a la prosperidad en los diversos géneros de bienes y según van exigiendo los diversos tiempos».

Juan XXIII

Encíclica Mater et Magistra 


«Se suele acusar a la fe cristiana de consolar al mortal, que lucha por la vida, con esperanza del más allá. La Iglesia, se dice, no sabe ayudar al hombre en su vida terrena. Nada más falso... Por lo que hace a la solución de la actual cuestión social, nadie ha presentado un programa que supere a la doctrina de la Iglesia en seguridad y realismo».

Pío XII

Mensaje radiofónico a los trabajadores españoles

11 de marzo de 1951


«No es dado a los hombres establecer nuevas sociedades y comunidades opuestas a la condición de las cosas humanas».

Pío IX

Encíclica Nostis e Nobiscum


«...esenciales y múltiples relaciones atan y subordinan al orden social con las cuestiones religiosas y morales. De ello se sigue que especialmente en tiempos de trastornos y de agitaciones sociales la Iglesia tenga el derecho y el deber de exponer claramente la doctrina católica en cuestión tan importante.  También en nuestros días lo ha hecho. Pero si esta doctrina está definitiva y unívocamente determinada en sus puntos fundamentales, sin embargo, goza de amplitud suficiente para poderse adaptar y aplicar a las vicisitudes mudables de los tiempos con tal de que se haga sin detrimento de sus principios inmutables y permanentes. Esta doctrina es clara en todos sus aspectos. Es obligatoria. Ninguno se puede apartar de ella sin peligro para la fe y para el orden moral. No es, pues, lícito a ningún católico...prestar adhesión a teorías y sistemas sociales que la Iglesia ha repudiado o a propósito de los cuales ha puesto en guardia a sus fieles. Ahora comprenderéis porque la Santa Sede debe intervenir e interviene siempre que surgen, aun entre los que se llaman católicos, ideas sociales erróneas o tendencias perniciosas».

Pío XII

Alocución a los participantes en el Congreso de Acción Católica Italiana

29 de abril de 1945


«...la doctrina de la Iglesia, la única que, como en todos los demás campos, también en el terreno de lo social puede traer verdadera luz y ser la salvación frente a la ideología comunista».

Pío XI

Encíclica Divini Redemptoris


«¡La ley natural! Ved el fundamento sobre que descansa la doctrina social de la Iglesia... Mucho puede la naturaleza humana sana, si se abre a toda aportación de la fe cristiana. Puede salvar al hombre de la argolla de la «tecnogracia» y del materialismo».

Pío XII

Alocución al Congreso de Estudios Humanistas

25 de septiembre de 1949


«He aquí la razón de que Nos no dejemos de recomendar constantemente la elaboración de un estatuto  de derecho público de la vida económica y de toda la vida social en general, según la organización profesional. He aquí por qué no cesamos de recomendar la difusión progresiva de la propiedad privada y de las medianas y pequeñas empresas».

Pío XII

Alocución al Movimiento obrero cristiano de Bélgica

11 de septiembre de 1949


«Presentando el ejemplo de San José a todos los hombres que en la ley del trabajo encuentran marcada su condición de vida, la Iglesia procura llamarles a considerar su gran dignidad y les invita a convertir su actividad en un poderos medio de perfeccionamiento personal y de mérito eterno.

El trabajo es, en verdad, una alta misión; es para el hombre como una elaboración inteligente y efectiva con Dios Creador, del cual ha recibido los bienes de la tierra para cultivarlos y hacerlos prosperar. Y todo lo que para él es fatiga  y dura conquista pertenece al designio redentor de Dios que, habiendo salvado al mundo mediante el amor y los dolores de su Hijo Unigénito, convierte los sufrimientos  humanos en precioso instrumento de santificación cuando se unen a los de Cristo».

Juan XXII

Radiomensaje en la fiesta de San José Artesano

1 de mayo de 1960


«No olvidéis tampoco que todo lo bueno y bueno justo que halláis en los demás sistemas se encuentra ya en la doctrina social católica. Y cuando ellos asignan metas al movimiento obrero, que la Iglesia rechaza, se trata siempre de bienes ilusorios que sacrifican la verdad, la dignidad humana, la justicia social o el verdadero bienestar de todos los ciudadanos».

Pío XII

Mensaje radiofónico a los trabajadores españoles

11 de marzo de 1951


«Si la conducta de ciertos católicos ha dejado que desear en el dominio económico y social, la causa fue a menudo que estos católicos no conocían, no habían meditado suficientemente las enseñanzas de los soberanos pontífices sobre esta materia. Por consiguiente, es absolutamente necesario desarrollar en todas las clases de la sociedad una formación social más intensa, en relación con los diversos grados de cultura intelectual, sin escatimar ningún medio o cuidado, a fin de asegurar a las enseñanzas de la Iglesia la mayor difusión, sobre todo entre la clase obrera».

Pío XI

Encíclica Divini Redemptoris


«Luego, es necesario trabajar, y trabajar con entusiasmo y eficacia, -obligados están no sólo los particulares, sino también los gobernantes- para que cuanto antes y por sus pasos, de manera total y real, sea puesta en práctica la doctrina social de la Iglesia, que Nuestros predecesores tantas veces y tan clara y sabiamente expusieron y establecieron».

Juan XXIII

Encíclica Ad Peri Cathedram


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