SÓLO HAY UN REY, SÓLO TENEMOS UN REY



  Es el lenguaje la herramienta de dominio, no ya sobre todo lo creado, sobre los pueblos y las sociedades, que lo usan para definir, concretar y sujetar los conceptos.

   Por eso mismo el liberalismo utiliza de la desligazón de su verdadero sentido introduciendo el relativismo y el subjetivismo en las expresiones más comunes, dejándolas vacías del significado  original.

  Así podemos ver por doquier expresiones como: "estoy contra el aborto porque soy católico", "yo creo esto o tal otro", "para mí el divorcio está mal",... expresiones que se sustentan fuera de la realidad, dándole  al contrario el mismo valor que lo expresado.

      Es el fuero interno el que juzga "la realidad propia", ajenos al realismo y sumidos en una tolerancia mal entendida que permite tanto el vicio como la virtud, siempre y cuando no violente la cómoda vida propia.

     Por ende, se oyen voces que hablan de rey ilegítimo, usurpador,...haciendo referencia al actual Jefe del Estado español. Esas meras menciones ya afirman una condición de la que no goza: ser rey. Por lo que las adjetivaciones son una muestra de querer presentar una realidad inexistente. 

Máxime cuando ya existe un Rey, uno. No dos ni tres;  ni en diferentes grados ni legitimidades, ni elegidos ni por descubrir; ni debate alguno ni consenso al que llegar.

  Todas las piruetas dialécticas son ejercicios de malabares que intentan distraer de la realidad para ejercer ese liberalismo de mayor o menos grado que ya condenaba León XIII en Libertas. Sea suave o grosero, liberalismo al fin y al cabo.


La sucesión de la Corona, hoy. Por D. Luis Infante.

NOTA: 

La charla es del año 2010. Con posterioridad se ha producido algunos cambios, como la exclusión del orden sucesorio de Carlos Enrique de Lobkowicz, además de la confirmación definitiva de la exclusión del expríncipe Carlos Javier y de su hermano el exinfante Jaime (de Borbón Parma) y de sus descendientes.



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